Alcorlo, nuevo modelo micronacional

jueves, 28 de febrero de 2013

Por: Fernando Forneo


Alcorlo fue un pueblo que desapareció en el año 1982, después de que el macroestado español lo quemara para luego dejarlo sumergido bajo las aguas del pantano que hoy lleva su nombre.

Hace algunos meses – concretamente cuando dejé el micronacionalismo – hablé con algunos compañeros de Universidad, de los cuales algunos son nietos e hijos de personas que nacieron en Alcorlo, aquel pequeño pueblo que desapareció. Las conversaciones no aportaron nada nuevo sobre este tema, y como ya dije algunos artículos atrás, todos me insistían en que el micronacionalismo no aportaba nada útil a su vida cotidiana así que no mostraban por ello ningún interés en él.

La cosa cambió cuando J.G., uno de los estudiantes de Derecho de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, se puso en contacto conmigo para preguntarme si conocía la historia de alguna micronación basada en el objetivo de mantener viva la historia y las tradiciones de algún pueblo, e incluso tener en su proyecto la idea de restaurarlo. Le hablé de micronaciones como Kemet, que tienen como objetivo eso precisamente, pero con civilizaciones ya desaparecidas.

J.G. – a quien le gusta el anonimato y a falta de pseudónimo prefiere no hacer público su nombre por ahora en el micronacionalismo – me comentó que es miembro “de toda la vida” de la Asociación Hijos y Amigos de Alcorlo, y que estaba planteándose muy seriamente convertir Alcorlo en una micronación para que, además de mantener viva su historia y tradiciones, también pudiera seguir existiendo hoy en día, aunque no sabía muy bien cómo conseguir eso.

Así que le hablé de las actividades que suelen hacer algunas micronaciones, como los estudios sobre la Biblia, la lista de éxitos musicales que escuchan sus ciudadanos cada mes, o programas para el fomento de la lectura y otras actividades culturales. De esta forma pensé que el nuevo Alcorlo sería útil como un ejercicio de voluntarismo político donde los participantes encuentren herramientas y un espacio común donde desarrollar en la práctica las ideas y estudios que estén realizando en sus puestos de trabajo, investigación o estudios.

La idea pareció gustarle, así que ahora queda lo más difícil: Presentarla ante sus amigos y familiares, con la esperanza de que les resulte atractiva para que nazca este nuevo modelo de micronación.

 
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